La miel puede dar alergia

Estómago alérgico a la miel
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Hace varios años escribí una página sobre el uso de la miel para tratar las alergias. Sin embargo, (y sobre todo si padece alergia al polen) tal vez se pregunte si es posible ser alérgico a la miel. Se trata de una preocupación legítima, dado que la miel se elabora a partir del néctar que las abejas recogen de las flores.
Un estudio realizado por Bauer2 en 1996 sobre 23 pacientes que presentaban reacciones alérgicas al consumo de miel que iban desde un picor leve hasta la anafilaxia lo demostró con bastante claridad: las proteínas secretadas por las abejas melíferas (de las glándulas faríngeas y salivales de la cabeza) y las proteínas de cualquier polen presente en la miel eran las causantes de la alergia a la miel.
Sí. Vezir et al3 en 2014 describieron 6 pacientes que tuvieron reacciones alérgicas sistémicas después de comer miel - tres de ellos sufrieron anafilaxia. En los seis pacientes se encontraron inmunoglobulinas específicas de la miel (concretamente IgE, la principal proteína producida por el organismo que provoca los síntomas de la reacción alérgica), por lo que la miel estaba produciendo una respuesta alérgica genuina.
Alergia a la miel en la cara
La Dra. Jurairat J. Molina es una alergóloga titulada que lleva dos décadas ejerciendo en el campo de la alergia y la inmunología clínica. Es propietaria de Corpus Christi Allergy Associates, en Corpus Christi, Texas.
La miel se obtiene del néctar de las flores. Las abejas chupan la sustancia azucarada de las plantas y el néctar se mezcla con otras sustancias en su aparato digestivo. Allí se transforma en una nueva sustancia -la miel- que puede recolectarse de la colmena.
Al grupo uno se le pidió que tomara una dosis alta de miel cada día. El grupo dos tomó una cantidad igual de jarabe de maíz cada día como tratamiento placebo. Ambos grupos tomaron también una dosis diaria de un antihistamínico llamado loratadina.
Los participantes en el estudio se dividieron en dos grupos y recibieron medicación. Ambos grupos tomaron un antihistamínico diario o un aerosol intranasal de corticosteroides. Un grupo también tomó diariamente un aerosol intranasal hecho con miel como terapia complementaria.
Los investigadores pensaron que el aerosol de miel podría haber creado una capa protectora en el interior del conducto nasal. Esta capa podría haber impedido que los alérgenos se adhirieran a la mucosa de la nariz.
Causas de la alergia a la miel
Es posible que haya oído el viejo cuento de que la miel cruda puede utilizarse para tratar las alergias. La idea es que, si comes miel elaborada en tu zona, contendrá el polen al que eres reactivo y te ayudará a desarrollar tolerancia a él. Pero, ¿es esto cierto? A continuación repasamos los datos sobre el consumo de miel para tratar las alergias.
Las abejas fabrican la miel recogiendo el polen y el néctar de las flores, transportándolo en sus sacos de miel y almacenándolo en los panales de sus colmenas. Después, las abejas abanican la miel para ayudar a que se evapore el agua y la sellan con un líquido que se convierte en cera de abeja cuando se endurece.
Las alergias estacionales son el resultado de una reacción exagerada del sistema inmunitario ante sustancias normalmente inofensivas conocidas como alérgenos. Los alérgenos más comunes son el polen, los ácaros del polvo, el moho, la caspa de las mascotas y ciertos alimentos.
Cada participante consumió una cucharada sopera de la sustancia al día y siguió su rutina habitual para controlar los síntomas de la alergia. También llevaban un diario en el que registraban 10 síntomas de alergia diferentes y señalaban cuándo eran más graves.
Alergia a la miel cruda
Conocida comúnmente como fiebre del heno, la alergia estacional no tiene nada que ver con el heno ni provoca fiebre. Sin embargo, hace la vida bastante difícil a quienes padecen sus síntomas, que se asemejan a los del resfriado común: secreción y picor nasales, estornudos, ojos llorosos y dolor de garganta. Para algunos, los síntomas pueden exacerbarse y causar dolores de cabeza y dificultad para respirar.
La fiebre del heno, también llamada rinitis alérgica, se produce cuando las plantas producen polen que es inhalado por las personas. En las personas con fiebre del heno, el polen inhalado provoca un ataque del sistema inmunitario, que lo percibe como un cuerpo extraño, como una bacteria o un virus. Cuando el polen penetra en el organismo, los mastocitos liberan unas sustancias químicas llamadas histaminas, que provocan los síntomas de la alergia.
Pero la fiebre del heno no se limita sólo a la primavera. Algunas personas padecen rinitis alérgica durante todo el año (rinitis perenne) o a lo largo de una estación. Aunque los alérgenos más comunes son el polen, también hay que culpar a otros desencadenantes como el moho, el pelo de animales domésticos, los ácaros del polvo y las cucarachas.